Las horas se suceden una tras otra,
y yo aquí, detrás del vidrio
camino y me doy vueltas,
me río y creo ser feliz.
Pero no me doy cuenta
porque sólo pienso
que estoy hoy solo.
Ya no llueve, las gotas que resbalan sobre el vidrio
se detienen para verme y contarme
que afuera es septiembre,
y a pasto mojado se huele,
y que los colores están todos
y en cada una de las cosas.
Pero no me doy cuenta
porque sólo pienso
que estoy hoy solo
detrás del vidrio, detrás, oh, oh.
Dos inviernos más ya han pasado
y el vidrio aún está empañado.
Quiero ver qué hay detrás,
es preciso intentar, y entrar, y penetrar
en la realidad, estar en el umbral
no es estar en vida, no, no.
¿Qué es lo que espero para empezar
a vivir el tiempo que el destino da?
ya no puedo esperar,
y es este el lugar, y es ya, es fugaz,
tengo que atraparlo, yo no puedo esperar
al silencio largo, no, no.
Comprender, es muy difícil aceptarlo,
que solamente una vez, una vez
he de pasar por aquí sin volver.
Es el ruido a lluvia que me hace temblar,
y ahora me doy cuenta que es la libertad
lo que busco en realidad,
para hacer y deshacer, y dar y conquistar
lo que yo más pueda, y amar y procrear
cuando yo lo quiera, y más, más.
Dos inviernos largos ya han pasado
y el vidrio aún está empañado.
¿Qué es lo que espero para empezar?
ya no puedo esperar más, quiero ver que hay detrás.