Mía.
Tú fuiste siempre mía
vivimos felices
las penas y las alegrías.
Sólo había
algunas ilusiones
para pasar los días
pero eso qué importaba.
Aquel día todo cambió
el dinero me transformó
no debí dejarte marchar
te necesito aquí.
Hoy es mía
la noche silenciosa
que marca mi agonía
que acaba con mi vida.
Era mía, mía...