Ya no se encontrarán tus ojos con mis ojos
Tu besos dibujado en el cristal.
Cómo podré vivir sin ver tus labios rojos
Por qué me debería acostumbrar.
La casa donde habitas es tan fría
Que se hielan los inviernos
Las horas y los días como espinas
Van clavándose en los huesos.
Ya nunca apoyarás tu frente aquí en mi hombro
Se me hace tarde, tengo que estudiar
El sol aún no se pone, espera sólo un poco,
No tengo llave y cierran el portal
En lo alto una paloma va llorando
Como lágrimas de nieve
El tren de la estación como una sombra
Se desliza. dan las nueve.
No quiero acostumbrarme
Ni siquiera a caminar
No quiero acostumbrarme
Ni a la pena que me da
El aire se cortaba
Con los besos que me dabas
Fue testigo la muralla
Con tus libros como almohada.
Si un día nos separamos jura que tú nunca
Podrás querer con tanta intensidad
Rumiando las palabras todo se me nubla
La angustia no me deja respirar
Colgado de una encina amaneció
Se miraban frente a frente
La risa al verse juntos que les dio
Todo en ávila estremece.