Nunca supiste cómo comenzó esta pesadilla,
Al despertar todo seguía igual.
Te detuviste ante tu viejo espejo empañado,
Aquella niña nunca se volverá a mirar.
Era la carne de alma,
punketito no te vayas!
No fui yo quien te alejó de aquí,
fue un cobarde asesino.
Que se aprovechó por una ceguera de amor
Y doy vueltas y doy vueltas
Por no sentirte conmigo
Cómo se me iba clavando
Tu gran cresta en mi intestino.
A tu lado está flotando
De tu mano agarrado
Esta flotando...
Su recuerdo de tu alma no se extinguirá.