Decime qué pasó melón,
que ya no confían.
Me miran como a un holgazán
que no muestra nada.
La danza era perfecta
como una caricia,
pero me la jodieron y
ahora es un pendorcho.
Me la entregaron bien borracha,
muy desorientada;
gritando fuerte "ayúdenme,
no quiero más murra"
Lo mío no es de charlatán
ni de lengua floja,
sólo prometo defender
la danza de culto.