Por las callecitas que van al río
La siesta viene apurándose
Bajo las ventanas entornaditas
Y solteronas de mi siesta
Ya quedo colgada entre las puntillas
Y los volados de su mantel
Siestas de verano y el pobrerío
Ropa de tristísimo colorido
Secando al sol
Las comadres lejos de sus labores
Dejaron desiertos los corredores
Silencio en flor
Qué lindo es verla por ahí
En la canoa
Del pobre inocente cunumí
Robándose ñanga pirí
Dulce compañera de los gurises
La siesta nunca se va a dormir
Anda por los árboles todavía
Cuando la tarde llega de prisa
Trayendo esa cara de celadora
Que te pillo el dedo en la naríz
Relumbrón de chapas y el aire limpio
Respetando el fuego de los caminos
En el sauzal
Sólo un carro viejo gruñendo lejos
Que, aunque está viniendo, parece quieto
Y no llega más
Me lleva a casa don abel
Su caballito sabe ir
Rayuela abajo me perdí
Y nunca hallé cómo volver