Cuando regresa hasta las casas por la noche ña polí
Viene trayéndose la luna tras de sí
Su sombra dulcemente herida sobre el carro
Se le mece lado a lado
Cuando pasa por aquí
Las riendas sueltas no detienen a su zaino
Que la lleva despacito como haciéndola dormir
Ña polí, ña polí, quién pudiera subir a beber
En sus cántaros alguna que otra vez
La esperanza, la fe
La paciencia, el amor, ña polí
La pureza de la gente como usted
La he visto siempre trabajando desde el alba a ña polí
Que envejeció sobre su carro sin sentir
Como tallado sobre el cielo se recorta
Su perfil cuando ella pasa
Ofreciendo leche y miel
Y desde lejos su cigarro se me antoja
Una roja flor herida que se quema sin querer
Ña polí, ña polí, quién pudiera subir a beber
Y beber en sus cántaros sin fin
La esperanza, la fe
Que la lleva a seguir, ña polí
Tan alegre que me da vergüenza a mí
Dele siempre a beber a los niños de aquí, ña polí
Solamente de esa leche y esa miel
Así pueden crecer aprendiendo a tener, ña polí
La pureza de la gente como usted
Posdata:
“voy pasando la gente”, dice ña polí al partir de cada casa de allá
A veces me dan ganas de subirme a su carro
A buscar entre sus cántaros mi niñez
Para mí que ella la guarda en un rinconcito por ahí
Cada día su mirada infinita me sigue
Como si quisiera decirme: subí