Fuimos caminantes del amor
Y la palabra libertad
Clavada en nuestro corazón
Alimentaba nuestras horas
Era una manera de vivir
Una manera de esperar
Una manera de creer
Que no podía con las sombras
No había cómo echarse atrás
No había cómo no seguir
No había cómo no esperar
No había cómo no intentar
No había cómo no seguir
Ay!, qué privilegio aquella edad
Qué maravilla en el quehacer
En la alegría, en el querer
Cómo queríamos las cosas
Que nos proponíamos poder
Buscando siempre a los demás
Para encender el provenir
Como una mecha victoriosa
Traigo de esos días este ardor
Esta premura, este temblor
Esta alegría, esta pasión
Aunque han cambiado tantas cosas
Tengo para mí que hay muchos más
Que con la misma intensidad
Siguen poniéndose de pie
Sin importarles la derrota
Porque no hay cómo echarse atrás