Debajo de cada acción está la vida,
en la forma en que el sujeto la aprendió,
hasta como uno se abrocha los zapatos
es parte de la verdad que la personalidad gra bó.
Estamos hechos de recortes,
un encolado envuelto en piel,
que de mi desesperación en igual dosis
que andando en tiempo se convierte en parecer.
Así crecimos de pequeñas frustraciones
que fueron construyendo la verdad social
y a veces se vieron pequeños resplandores
enmascarados en esencia colonial.
Suele pasar que a veces nos deslumbra el grito
del pavorreal porque es brillante su manto.
También solemos desoír el simple rito
con que la alondra hace verdad el resplandor del sol,
del sol
Como los rastros orientan a la hormiga
tanteando vamos hacia la realidad,
quitándole la palabra a la mentira
el rastro de la verdad
seguro nos llevará al sol.
Hay una flor, hay una espina,
hay todo lo que nos pasó
como una oruga de cañón sobre la vida
o como un preso en la pared hacia un reloj.
Hay lo que hay y tenemos incompleta el alma,
adolecemos el pecado original
de haber nacido antes que el canto de las almas
nos enseñara a salir del reino animal
Así soy yo, así eres tú, así son todos,
los que de niños padecieron aprender
primero la ficción de reyes y de duendes
que la ventana de escribir y de leer.