Sabes del dolor que se ha hecho carne en mí,
sabes del infierno que ha posado el hielo en mi.
Y el ocaso esclavo de esta soledad,
que ha cubierto en mares
mi fascinación.
Y el hecho aún de saberme herida,
ha embriagado de escozor mi resignación.
Pero esta noche no me pidas que me de prisa
aún retengo el sueño de este gran dolor.
¿Cuánto tiempo más llevara encontrarte?
si este es el indicio de un nuevo amor.
¿Cuál es el misterio, cuál es la inocencia?,
¿cuánta la mentira, cuánta la ilusión?
Y al final de cuentas todo es tan extraño,
que tu rostro intacto se apodera aquí.
Pero al fin y al cabo, esta es mi batalla
para que tu invierno sea aún mejor.