Prefiero vivir resignado
a tener que matarte en vida,
porque si te mato no quedan recuerdos,
sino un feo gusto a sal.

Prefiero lidiar con lo oscuro
a tener que hablarte claro,
porque si hablo claro se notan las manchas
y vos ya dejas de pensar.

Y te prefiero, como la noche prefiere a la luna,
y te prefiero, como el dia prefiere a la luz,
el sueño al descanso, la uva a hacerse vino,
tu boca a la mía y la ofensa al perdón.

Prefiero creer en personas
a tener que rezarle a un santo,
porque la razón siempre guía mi instinto,
no creo en los cuentos de hadas.

Prefiero desangrarme a gritos
a vivir callado frente a mi verdad,
que escucha todo el dolor de tu voz.