Fue un momento sereno, desprendido del tiempo.
Tu mirada de fuego, encendida en mi mal,
me estabas frenando por dentro y por fuera
y tu primavera me hacía temblar.
Fue en un cielo lejano,
una tierra caliente,
un soplo de viento,
una lluvia de abril.
Y un nuevo vestido
que envuelve y que besa,
que acaricia y no pesa
y te deja fingir.
Medianoche en mi mente
desde todos los siglos,
mediodía en tu alma que brindaba calor.
Y una casa infinita,
y un pedazo de gloria;
así fue nuestra historia,
así fue nuestro amor...
Y una música blanca
que volaba en la arena;
y un volcán en las venas
de placer y dolor....
Y una casa infinita,
y un pedazo de gloria;
así fue nuestra historia,
así fue nuestro amor.