A dónde irás de madrugada
cuando se duerme la ciudad.
Sin casa que habitar, sin nadie a quien hablar
yo me pregunto a dónde irás.
A dónde con tu bolso viejo, a dónde tu cansado andar,
a dónde tu ternura,
a dónde tu tristeza
si sólo hay tiempo para el pan.
No los dejes que te canten,
que se apiaden, que te nombren;
si a la gente que te nombra
no le importa a dónde vas.
No somos dueños de tu frío,
de tu angustia y tu soledad.
Si al verte en el olvido,
si al ver que estás perdido
sólo te podemos cantar.
A dónde irás de madrugada
cuando se duerme la ciudad.
Sin casa que habitar, sin nadie a quien hablar
yo me pregunto a dónde irás.
No los dejes que te canten,
que se apiaden, que te nombren;
si a la gente que te nombra
no le importa a dónde vas...