Día a día, me despierto creyendo oir tu voz.
Día a día, todavía, me duele nuestro adiós.
Quien no se ha equivocado no trató.
Quien nunca ha perdonado nunca amó.
Y quien jamás pecó, jamás vivió.
Día a día la nostalgia me impulsa a continuar.
Día a día la distancia me aconseja olvidar.
Tú y yo, con un pedazo de razón, y compartiendo el
mismo corazón, que tenemos partido en dos, día a día!
Aunque lo intente mil veces no puedo ahogar lo que
a tu alma pertenece, y así olvidar!
Día a día me levanto queriendo ser mejor
y me acuesto, noche a noche, con mi contradicción.
Viviendo entre la espada y la pared enfrento al
horizonte del ayer, y de él se asoma usted, ¡día a día!