Me destrozó con sus palabras. Hizo pedazos de la fe.
Sólo, quedé en la telaraña de los errores del ayer.
Ella huracán, y yo mentira: qué fórmula para perder!
Lo que se quiere no se olvida, mas no habrá nunca
odio tan cruel que el que se proyecta del pasado
y hace del presente la extensión de un amor, feroz
y equivocado, que aún lastima a nuestro corazón.
Quiero incendiar nuestro pasado y hacerlo desaparecer.
Ver, a la luz de la candela, los errores de mi ayer
convertirse en polvo y en ceniza dando tranquilidad a mi ser.
Ver como el recuerdo cicatriza pero no la herida
que es usted.
Como un huracán llegó, como un huracán se fue.