Dijo el águila americana:
Al fin bien claro se ve
que sós el cóndor ufano
cuando te pasan la mano
te agarrái también el pie.
Yo mis huestes mandaré
que te quiten lo enteráo
harto tiempo qu'héi deseado
gobernar los altos andes
sin sacrificios muy grandes
tendré que hacerlos mi estado.
Contestó el cóndor chileno:
Sabrás, yo soy muy castizo
ven cuando quieras, te espero,
pero te advierto que quiero
tener un hijo mestizo.
Harto tiempo que no piso
y estoy que ya me subléo
y si nunca hay puesto un huevo
yo te hago los que quisieses
y antes de los cuatro meses
ya tendrís cóndores nuevos.