La daga del odio se me clavó donde más me duele
Nadie queda inmunizado ante este dolor
Y yo sé que por desgracia muchos han sentido este dolor
Aúno puedo recordar el rostro del hombre que me la clavó
Sonreía el muy cabrón mientras me daba consuelo
Y no pude reaccionar sin compasión
Que no hay dolor más grande que una traición
Nadie lo soporta ni siquiera yo
Que no hay dolor más grande que una traición
Créeme, la he sufrido yo