El señor extraño apareció una mañana
y me dijo lo que tenía que traer
Piedra, tijera y papel.
Me convertí en un animalito y dije,
ésta es la casa donde posaste el radio de tu imaginación
y crecí en él.
Los dedos de la mano pasan como esas ruedas de los parques de diversiones,
Así mis días son contados
A mi abuelito cuando se hizo bien viejito lo llevamos a hablar con el oso
Ahora él sueña habladurías
Y en la escuelita del señor extraño los vidrios están empañados por nuestra respiración.
Escribo en ellos lo que seré
Perdí todas las figuritas, me melaron para toda la eternidad
Quiero volver a casa.