Que ninguna familia comience en cualquier de repente
Que ninguna familia se acabe por falta de amor
La pareja sea uno del otro de cuerpo y de mente
Y que nada en el mundo separe un hogar soñador
Que ninguna familia se albergue debajo del puente
Y que nadie interfiera en la vida y la paz de los dos
Y que nadie los haga vivir sin ningún horizonte
Y que puedan vivir sin temer lo que venga después
La familia comience sabiendo porque y donde va
Y que el hombre retrate la gracia de ser un papá
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor
Y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor
¡Bendecid, oh Señor, las familias! ¡Amén!
¡Bendecid, oh Señor, la mía también!
¡Bendecid, oh Señor, las familias! ¡Amén!
¡Bendecid, oh Señor, la mía también!
Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin medida
Y que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón
Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida
La familia celebre el milagro del beso y del pan
Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos
Que por ellos encuentren la fuerza de continuar
Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillo
Pueda ser la esperanza de paz y Certeza de amar
La familia comience sabiendo porque y donde va
Y que el hombre retrate la gracia de ser un papá
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calor
Y los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor
¡Bendecid, oh Señor, las familias! ¡Amén!
¡Bendecid, oh Señor, la mía también!
¡Bendecid, oh Señor, las familias! ¡Amén!
¡Bendecid, oh Señor, la mía también!
¡Bendecid, oh Señor, la mía también!