Aquí cualquiera tiene
Un capital y una mañana de oro,
La vida es un tesoro
Abarrotada de gente y risa cubana.
Aquí cualquiera tiene una mañana cubana,
La tierra que yo adoro
Abarrotada de caña y palma real.
Conozco en la ciudad principal
Solares desbordados de ingenieros
Y un manantial
De negritos rumberos
En el reparto más residencial.
Embarazada la habana de mí,
Resplandeció fuego de todo santo,
Un escorpión sembró en mi jardín
Y con su ritmo al espíritu canto.
La mirada costumbrista,
El sarcasmo callejero,
La ternura pasajera
Y el deber humano.
No me digas que estás raro
El guarapo que te empinas
Está hecho con sudor;
Tómalo, no tiene espinas.
El tabaco que te fumas
Es la cumbre del alcance;
No lo fumes tantas veces,
Que el cigarro sabe a cáncer.
La habana, una pupila de cuba,
Sus labios se bautizó malecón;
Café mezclado ajiaco y verdura,
Y en santa cruz marejadas de ron.