Otra vez
llegas tarde a casa sin razón,
te acusa la mirada,
y en tu voz
hay un nerviosismo de temor,
el corazón no engaña.
Yo sé que eres culpable,
pero te necesito,
y oculto lo que siento
y lo que sé.
Abre tus brazos
y abrázame,
hazme creer que todo está bien,
que sólo es mi imaginación,
que sigues bien igual que yo,
que no se ha marchado el amor.
Abre tus brazos,
apriétame
hazme otro cuento,
asegúrame,
que en ti no hay nadie
más que yo,
que es en el trabajo
y la tensión,
que aún sigue vivo el amor.
Engáñame una vez más.
Sin querer,
te escuché nombrar otra mujer,
mientras te dormías,
y lloré,
en silencio como suelo hacer,
con el alma partidad.
Yo sé que eres culpable,
pero te necesito,
y oculto lo que siento
y lo que sé.
Abre tus brazos
y abrázame,
hazme creer que todo está bien,
que sólo es mi imaginación,
que sigues bien igual que yo,
que no se ha marchado el amor.
Abre tus brazos,
apriétame
hazme otro cuento,
asegúrame,
que en ti no hay nadie
más que yo,
que es en el trabajo
y la tensión,
que aún sigue vivo el amor.
Engáñame una vez más...
una vez más.