Mía,
aunque tú vayas por otro camino
aunque jamás nos ayude el destino,
nunca te olvides sigues siendo mía.
Mía,
aunque con otro contemples la noche
y de alegría hagas un derroche,
nunca te olvides sigues siendo mía
Mía,
porque jamás dejarás de nombrarme
y cuando duermas, habrás de soñarme
hasta tú misma dirás que eres mía.
Mía,
aunque te liguen mañana otros lazos,
no habrá quién sepa llorar en tus brazos,
nunca te olvides sigues siendo mía.
Sí, siempre mía.