Se me acabó la fuerza
de mi mano izquierda
voy a dejarte el mundo
para ti solita.
Como al caballo blanco
le solté la rienda
así también te suelto
y te me vas ahorita.
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo
vas a extrañar mis besos
en los propios brazos
del que esté contigo.
Vas a sentir que lloras
sin poder siquiera
derramar tu llanto
y has de querer mirarte
en mis ojos claros
que quisiste tanto
que quisiste tanto
que quisiste tanto.
Cuando se quiere a fuerza
rebasar la meta
y se abandona todo
lo que se ha tenido.
Como tú traes el alama
con la rienda suelta
ya crees que el mundo es tuyo
y hasta me das tu olvido.
Y cuando al fin comprendas
que el amor bonito
lo tenías conmigo
vas a extrañar mis besos
en los propios brazos
del que esté contigo.
Vas a sentir que lloras
sin poder siquiera
derramar tu llanto
y has de querer mirarte
en mis ojos claros
que quisiste tanto
que quisiste tanto
que quisiste tanto
¡te solté la rienda....!