No te vayas, te lo pido,
de esta casa nuestra
dónde hemos vivido.
Qué nostalgia te puedo llevar
si de la ventana
no vemos el mar
y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Todo pasa, todo cansa
y uno se arrepiente
de estar en su casa
y de pronto se asoma
a un rincón
a mirar con lástima su corazón
y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
No te vayas, quédate
que ya estamos
de vuelta de todo
y esta casa es nuestro
modo de ser.
Tantas charlas, tanta vida,
tantas noches con olor a comida
con una eternidad familiar
en un solo día no puede cambiar
y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Estos muros, estas puertas
no son de mentiras,
son el alma nuestra.
Barco quieto, morada interior
que vivimos lo hicimos
igual que el amor.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
No te vayas, quédate
que ya estamos
de vuelta de todo
y esta casa es nuestro
modo de ser.