siento mi mente fragmentarse
donde por el tiempo mil restos me doctrinan
aparcando el dolor, virus cáustico de mis decenios.
la voz de la confusión puede cambiar el fin...
sigo relegando mi presente
entre mil sombras de lóbregas paredes
el desdén complace el alma inerte
nace la paz en mí desde lo insustancial.
llevo en mi sangre un nocivo dolor
de mártires pares inmolados
bajo la piel me consume el error
donde soñé lo mejor.
la voz de la confusión puede cambiar el fin
perdiendo el sentido de la realidad
oyendo lo apócrifo del corazón.