Pra caminar Jerusalem'm. El tiempo de sacrificio ha llegado.
Mis dos hijos pequeños se unieron para viajar. Vinieron a ver el cordero.
Dijeron: "Mi papá, vamos a ver allí? Para nosotros, sus hijos, explicai.
Y hablé historias de los héroes de la fe. Y el cordero lechal, mira. La enorme multitud en Jerusalén, mire, la tentación de que el cordero que no pierda.
Y hablé historias de los héroes de la fe. Y el cordero lechal, mira.
Cuando llegamos allí, vi que algo pasó. Muchos hombres gritando y enojado.
Agarré a mis dos hijos en la furia de la multitud, y luego oí gritar:
El crucifícalo!
Tratamos de salir, pero no pude. Me obligó a hacer un papel que he visto nunca.
Pensé: ¿Por qué estos hombres va a morir?
Pensé que los niños allí para verlo sufrir.
Entonces vi lo que pasó. El primero pidió perdón, el pueblo le dio.
Los violentos. Pero no pedir perdón. Todavía oigo la ira de la multitud que gritaba de voz.
Alguien dijo: Es Jesús!
No lo puedo creer.
Mal aspecto, tanto en el flagelo de vida. La sangre en su cuerpo, por la agresión tanto. Remojar la cruz a caer al suelo.
Vi su lucha y vi cuando se cayó. La cruz que recaiga sobre él con fuerza traspasado. En un momento sentí la agonía. Parecía perder la luz. Y un soldado a mirarme gritó:
Tu, tomar la cruz!
Quería tratar de resistir, pero su voz me dio un susto. Se arrodilló a tomar la cruz del Señor. El poner en el hombro con la sangre derramada. E tinción de mi cara, goteando sangre.
Fuimos al Gólgota, donde lo crucificaron. Y la cruz que le oí rezar:
Padre, perdónalos. Nunca, nunca visto tanto amor en alguien que haya vivido. En tus manos encomiendo mi espíritu.
Él oró y luego murió.
Tiempo ya no existía. Vi a parar todo. Sentí una pequeña mano en mi bodega.
Mi hijo, llorando por la culpa que sentía, dijo:
Mi papá, nos perdone! El cordero que huyeron. Mi padre, ahora aquí? Para nosotros, sus hijos, explicai.
Y me tomó en sus brazos, la vuelta a la cruz y dijo:
Los niños Cordero, ¡oh!