En el fondo de mi alma hay una dulce quietud
Se difunde embargando mi ser
Es una Calma infinita que sólo podrán
Los amados de Dios compreender.
Paz, paz, cuán dulce paz.
Es aquella que el padre me dá.
Yo le ruego que inunde por siempre mi ser
En sus ondas de amor celestial.
Paz, paz, cuán dulce paz.
Es aquella que el padre me dá.
Yo le ruego que inunde por siempre todo mi ser
En sus ondas de amor celestial.