Te fuiste, amigo, sin decir adiós,
sin dar ninguna explicación.
Ya sé que fue por un golpe de tos
y no por mala educación.
Aunque, de todos modos, qué marrón,
zarpar así, sin avisar,
sabiendo que sin tu tripulación
no te gustaba navegar.
Pero lo cierto es que no volveré
a oír tu "che, quin gust',
tu "che, qué bó". tu "che, que bé"
tu corazón no lo aguantó,
te reventó
che, qué mal, che, qué mal...
Qué fuego urgente había que apagar,
qué prisa en irte, qué ocurrió,
si a mejor vida no podrás pasar,
incluso el Papa te envidió.
De nada, amigo, te podrás quejar...
hasta te amó una emperatriz.
Tu reino era la Inmensidad del mar
y tu bandera, ser feliz.
Pero lo cierto es que no volveré...
Y cuando llegue la "Nit de Sant Joan"
oliendo a piras y a jazmín.
quién montará "safaris", capitán,
cazando olores del jardín.
Y cuando enero sea un atardecer
y caiga el sol tras el Montgó,
quién me dirá: 'ja ho veus, va ser al gener
quan Déu va fer la Creació".
Pero lo cierto es que no volveré...