La gente tiene cosas que a mí me sientan mal.
Y no lo puedo remediar.
Pongamos por ejemplo mi primo Nicolás,
que se ha comprado una Le Mans.
Cuando iba a 180, tremendo galletón,
y fué una gran satisfacción.
No es justo que tuviera lo que no tenía yo,
por eso Dios le castigó.
No es gula ni avaricia,
lujuria tampoco es.
Yo sé lo que me pasa:
La envidia es mi pecado capital.
El chulo del tercero me quiere provocar.
Yo no me voy a acobardar.
Se ha comprado un coche de importación
que tiene servodirección.
Mi 127 lo voy a modificar,
y nadie lo podrá alcanzar.
Al chulo del tercero y al primo Nicolás
les daré grase en cantidad.
No es gula ni avaricia,
lujuria tampoco es.
Yo sé lo que me pasa:
La envidia es mi pecado capital.