Anoche me acosté imaginando
cómo podría ser hacer un cambio.
Cambiar la realidad, bien conocida,
y, en vez de caminar,
salir volando.
Salir a despertar a la neblina
que duerme por las calles de tu barrio.
Y verte amanecer a la deriva
frotándote los ojos con la mano
Y tú a mí no me ves,
yo estoy arriba,
metido entre las vigas del tejado.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.
Anoche me acosté casi de día
poniéndole la rima a un pareado,
dos frases contando las maravillas
que siento cuando duermes a mi lado.
Dos frases que vayan
las dos seguidas
y juntas como vigas
de un tejado.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.

Y espero de esta noche todavía
que no me encuentre
el gato del tejado,
que aguante hasta que
vuelva a ser de día,
y que nunca me separe
de tu lado.
Que nunca me separe de tu lado.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.
Y es que hoy soy el pajarito
que vive en el sobrao de tu pisito,
que tiembla acojonao cuando se asoma
para verte desde su agujerito.