No me mires más,
que me haces daño;
no me interesa ya tu cariño.
Tú eres mala hembra,
no tienes alma,
tú no mereces que nadie
te quiera.
Cuando se quiere
no se pide nada;
cuando se ama
sólo basta el alma;
y tú, mala hembra,
cambiaste por plata
tu cuerpo y tu alma,
sin pensar en Dios.
Por haber herido
mis sentimientos,
yo te condeno
a mi desprecio;
cruel y traicionera
fuiste con mi amor,
clavando una daga
en mi corazón.
Qué odio más grande,
me corre en las venas,
por haber amado
con tanta pasión...
Por haber herido
mis sentimientos,
yo te condeno
a mi desprecio;
cruel y traicionera
fuiste con mi amor,
clavando una daga
en mi corazón.
Qué odio más grande,
me corre en las venas,
por haber amado
con tanta pasión...
No me mires más,
no me mires más.