Sabrá Dios
si tu me quieres o me engañas,
como no adivino
seguiré pensando que me quieres
solamente a mí.
No tengo derecho en realidad
para dudar de ti
o para no vivir feliz,
pero yo presiento que no estás conmigo
aunque estés aqui.
Sabrá Dios,
uno no sabe nunca nada,
moriría de pena si este amor
fracasa nada más
por mi equivocación.
Y debo estar loco
para atormentarme
sin haber razón
pero voy a luchar
hasta arrancar esta ingrata mentira
de mi corazón.