De la noche a la mañana llega junto a la ventana con su frío aliento otoñal y se acuna en el cristal en un suave baile entre los brazos del aire. Sin saber cómo de gris la casa se vistió, como el plomo el día amaneció. Es tiempo de lluvias, tiempo de amarse a media voz, de oír de nuevo el tic-tac del reloj. Es tiempo de lluvias. De vivir de beso en beso entre paredes de yeso y dejar los días correr sin mañana y sin ayer porque no se acaba ni mi amor, ni mi amada. Sin saber cómo de gris la casa se vistió, como el plomo el día amaneció.
Es tiempo de lluvias, tiempo de amarse a media voz, de oír de nuevo el tic-tac del reloj. Es tiempo de lluvias. Acércate, ven y siéntate.