El ángel vino de los cielos
y a María le anunció
el gran misterio de Dios-hombre
que a los cielos admiró.
Virgen madre, Señora nuestra,
recordando la encarnación.
Te cantamos tus hijos todos
como estrella de salvación.
"Yo soy la esclava del Señor, mi Dios,
-la Virgen dijo al contestar-
Que se haga en mi, según has dicho,
se cumpla en mi tu voluntad"
Y el verbo para redimirnos
tomó su carne virginal.
Vivió hecho hombre entre nosotros,
librándonos del eterno mal.