Quién se puede reir del dolor
cuando mira a la cara.
Quién puede discutir la razón
con las manos atadas.
Dime quién, dime quién, dime quién, dime quién
va a jugar la partida
las apuestas ya están hechas,
la muerte sobre la mesa
se ha jugado la vida.
La gente idiota
se siente a salvo
cerebros enfermos
en cuerpos muy sanos.
Me ofreces dinero
que no vale nada
la oveja que grita
y el lobo se espanta.
Sé que tú me quieres engañar
y eso ya es bastante
en tu boca sólo hay mentiras
y en la ciudad hay sangre.
Para qué, para qué, para qué, para qué
todo por un mendrugo
me he mirado el esqueleto
ya sé que no soy perfecto
y eso me ayuda mucho.