Cirdán, cansado, pero orgulloso de por fin emprender el viaje a Nolión muere en la hoguera de leña verde, mientras Simael se regocija de haber realizado su trabajo, cumplido con su misión y mandato divino. Mientras una tormenta comienza a azotar el pueblo un trueno retumba en el lugar una vez que el auto de fe se ha llevado a cabo y aquellos que no fueron lastimados al volver el rostro en dirección a Simael le descubren quemado y muerto.
Al callar el ruido del relámpago
se respira un olor a muerte
el cielo silencioso y nublado
no aclara nada en nuestra mente
Todo por lo que tanto luchado
tantas batallas que enfrentaron
todo lo que habían logrado
se desvanece en la faz del universo.
Tu dios te recivirá en el paraiso?
vivirás eternamente a su lado?
O tu llegarás al mundo de Nolión?
lucharás por el León celeste?
Esta historia termina aquí
y tal vez la gloria no llegue jamás
Este épico enfrentamiento
pudo no ser en vano, no.