Mañana parto de nuevo a Managua, tengo cita en la librería Parnaso.
Quedé con unas cuantas muchachas que trabajan en un night club.
Quieren llevarme al barrio a bailar, me van a enseñar palo de mayo.
Soy buen bailarín con unos tragos, demasiado torpe si me paso.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar.
Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar.
Si escucharan más, no serían ellas, igual que sin dolor, ya no hay blues.
No sé si hay alguien dentro de azotea, o como la marea, vienen y van.
Propongan lo que propongan, no me pienso negar.
Yo tomaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar.
Su belleza les permite ser castigadoras: yo no me pienso negar.
Ellas serán las que dispongan, y yo, no me pienso negar.
Propongan lo que propongan, no me pienso negar.
Yo fumaré, ellas traerán la mota, y yo, no me pienso negar.
Al palo de mayo, palo de mayo. Al palo de mayo.