Desahuciada imploro que me des una premisa.
Carece de peso lo que ostentes, mentiras, verdad
Ya no indago por las respuestas que antes pretendí
Ni la ilusoria utopía que me prometió el pasado
Ni la ingenua onírica fábula que alguna vez pensé
Acaso es tan banal mi pena
Sin embargo sigo muriendo
Y el pasivo mutismo de tu feroz abandono
Va erosionando bruscamente mi carácter
Todos mis refugios, mis certezas y lo que soy
Consumida hasta el hartazgo, y no logro avanzar
Mendigo una mínima respuesta
La que sea, aunque sólo reciba repulsión en tu discurso
Y el más gélido desinterés
Debo arrazar con esa atadura que me impide ser
Mi tenue voz es un trivial tópico para usted
La más fastuosa vacuidad de lo futil
Y en la vigilia calmo mantienes el sueño
Ansiaría que advirtieras mis cavilaciones
Que padecieras en mi piel mi sombrío dolor
Que notaras los rudos grilletes que abaten mi alma
Ya sabes, compartimos la misma injuriada sangre