Supe que, cuando al morir
Aún siendo yo muy chiquito
Me diste un beso muy largo
Sobre mi frente de niño
Pasó aquel tiempo y ahora
Sobre tu beso nacida
Está el surco de una arruga
Huella que los años brindan
¡Cuánto infortunio en la vida
Que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!
Ay, si estuvieras aquí
Yo, muy juntito a tu oído
Te contaría mis penas
Y el por qué de mi suspiro
Ay, si pudiera decir
« Esta es mi madre querida »
Y besar tu pelo blanco
Y dormir en tus rodillas
¡Cuánto infortunio en la vida
Que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!
Sí será bella una madre
Que el mismo Dios infinito
Que puede hacer los milagros
En el correr de un suspiro
Con trozos de su corona
Hace el molde en que fabrica
Una sola, y cuando muere
El mismo Dios no la imita
¡Cuánto infortunio en la vida
Que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!
Cuando una madre acaricia
A su hijito con ternura
Por él me causa alegría
Y por mí, siento amargura
Porque aunque busco no encuentro
En todo el mundo la dicha
De besar su pelo blanco
Y dormir en sus rodillas
¡Cuánto infortunio en la vida
Que yo he pasado sin ti!
¡Ay, madre mía!