¡Por favor, dejáme!
No me des consuelo
El tiempo bien pronto
Me consolará
Desde aquella noche
Que se fue mi hijito
No me quedan fuerzas
No me quedan fuerzas
Ni para llorar
Fue como en un sueño
Al llegar a casa
Sobre el blanco lecho
Le vi agonizar
Mis labios quemaban
De infinita angustia
Y aquel beso largo
Debiole quemar
Toda aquella noche
Duró su agonía
Y por la mañana
Al salir el Sol
El que era el ensueño
De toda mi vida
Como una llamita
Débil se apagó
Vos no sabes ahora
Qué trago tan malo
Es perder a un hijo
Que es nuestra ilusión
No sabes, hermano
Cuan grande es la herida
Que sangrando llevo
En el corazón
Vos que en los amores
Tenés mil conquistas
Estás muy lejano
De mi hondo dolor
Más si por ventura
Tuvieras un hijo
Miralo en los ojos
Que allí está el amor