Llegó el momento muchachos de alejarme
De la patota alegre de nuestra juventud
La vida me llama, pues voy a casarme
Y es ella un tesoro de amor y virtud
Copáronme la banca, perdiendo la parada
Donde me había jugado con ansia el corazón
Me voy de la rueda, perdón muchachada
Si queda el vacío por mi deserción
Mi noviecita que allá me espera
Con su ternura de madrecita
Porque es un sueño, dulce quimera
De una esperanza que necesita
De los amores de un calavera
Que a sus afanes jamás engañará
Aunque olvidarla quisiera, no podría
Porque ella es toda mi fe, la vida mía
Su peregrina gracia divina
Encadenó mi amor con su candor
Si vieran la pebeta, muchachos, que tesoro
Como ha sabido hacerse querer por este bacán
Sus negros ojazos, su pelo de oro
Unieron por siempre mi amor y su afán
Hoy que vuelco el codo de mi triste vida
Colmado ya mi anhelo, me sangra el corazón
Y siento en mi pecho que se abre la herida
Que cruel anticipa la separación