Yo soy la muchacha del circo.
Por una moneda yo doy
un poco de humilde belleza,
un poco de tibia emoción.
Yo soy la muchacha del circo.
Por esos caminos yo voy,
ceñida en mi malla de seda,
repartiendo a todos
flores de ilusión.
Colgada del fragil trapecio
su cuerpo elegante parece, al saltar,
una paloma blanca que al cielo,
con ansia loca, quisiera llegar.
Mientras la gente,
emocionada,
contempla inquieta su salto mortal,
bajo la lona
del viejo circo,
un frio de muerte se siente cruzar.
Ahi va la muchacha del circo;
no encuentra consuelo ni amor,
regala a otros la dicha
y sufre miseria y dolor.
Por fin, una noche, la mano,
cansada, al trapecio aflojo
y... pobre muchacha del circo!
buscando un aplauso
la muerte encontro.