Cualquier cosa resultaste
para que un hombre derecho
tu maldad tomara a pecho
entregandose al splin.
Con tu acción me comprobaste
lo que de ti suponia
que tu amor me sonreia,
para lograr otro fin.
Loca mia,
alma cruel y atravesada
por tu artera puñalada
toda mi dicha perdi.
Quien diria
que tu pensamiento terco
te volviera flor de cerco
y no encanto para mi.
Tus divinos ojos verdes
mezcla de mar y de cielo,
han dejado un desconsuelo
que amargo mi corazón.
Quiera Dios que no te acuerdes
de volver, ya que te fuiste,
porque el daño que me hiciste
no merece mi perdon.