Llegaste a este barrio aquella tardecita
Trayendo tu alegría como una bendición
Y nuestra muchachada, al verte tan bonita
Retuvo en sus pupilas tu mágica visión
Los mozos más apuestos, tenorios insinuantes
Vertieron en tu oído ternuras sin igual
Ni te faltaron cartas rimadas y galantes
Desde el vulgar versito al fino madrigal
Y en las noches silenciosas
Al pie de tu humilde reja
Un cantor alzó las quejas
De sus penas angustiosas
Y su amoroso lamento
Iba volcando en el viento
Sus palabras armoniosas
Mientras que el grito de su alma
No hería la dulce calma
De la dueña de su amor
También vos palpitaste y un día conociste
La dicha más suprema: Sentir una pasión
Y aquel muchacho bueno, tan pálido, tan triste
Quién sabe con que frase gano tu corazón!
Y viendo que hoy te casas, el barrio entristecido
Presiente que otra piba más linda no ha de hallar
Y aquellos que te adoran, al ver que te han perdido
Quién sabe cuantas veces tu ausencia han de llorar