"Una hermosa muchachita
que una tarde, triste vi
me dijo su amarga cuita
en una canción asi:"
Hoy que volvés derrotado
de París la ciudad bruja,
desecha como una burbuja
aquella loca pasión.
Porque sufrís también esa tortura
y que por vos lloró mi corazón,
yo quiero ser para tu noche oscura
la lucesita de otra ilusión.
Aquel cuartito de la pensión
que en otros tiempos nos vió llegar,
después del beso en que el amor unía
por siempre los que ansiaban calor de hogar.
Si vos lo vieras, mudo y tristón
y cual queriendo también penar.
Ya no se emplicha con el oro del día,
ni vibra con las dianas de tu zorzal.
Francesa que no te quiso...
con este amor de porteña
que da al hombre que ella sueña,
su vida, su alma y su fe,
te ví volver después de tu aventura
la tentación vulgar de un cabaret;
y hoy quiero ser para tu noche oscura
la lucesita de otra ilusión.
Volvé muchacho, volvé a mi amor,
porque ninguno te endulzará
como esta criolla que en su ilusión metía
la esperanza bendita de ser mamá.
Y aquel cuartito de la pensión
de veras Negro, se va a alegrar
si nos ve entrando con el oro del día
mientras su diana entona, aquel zorzal.