Y reviento si veo el momento
en que escribes un cuento
y tengo que creerlo,
que no soy un puerco vestido de preso
que pinto sonetos
despues me los bebo,
y cruzando el umbral
que separa a locos y a cuerdos
me orino y decido
que no pertenezco a ningún vertedero.
De almas confusas que imploran
"te quieros"
y rezan a un Dios verdadero
que no tiene agallas
en rendir de nuevo oportunidades
a perras en celo,
solo me arrodillo a la altura del vicio
que marca caminos de fuego
que sigo el compás de un tambor traicionero,
retumbo en el alma d quien no comprendo
y lloviendo amanece de nuevo
y disparo alegrías que son terciopelo...
que son terciopelo!