Pero si quieres volar
-me decían las gaviotas-
¿qué tanto puedes pesar?.
Te llevamos entre todas.
Allá abajo los amigos
se empezaron a juntar.
¡Mi ropa estaba en la arena
y yo no estaba en el mar!.
(cantando)
Una gaviota aturdida
por la luz viene hacia mí
y me pregunta si fui
gaviota toda la vida.
¡Quién sabe!, la realidad
es un sueño tan profundo
que apenas conozco el mundo,
escribo en la oscuridad.
Nadie sabe por qué oscuro
mecanismo las gaviotas
se condensan como gotas
de tiempo en estado puro.
Yo me reúno con ellas
a la orilla de la mar
y veo el tiempo gotear
todo borrado de huellas.
La realidad es un velo
tan pesado que la luz
la arrastra como una cruz
desde la tierra hasta el cielo.
No existe Monte Calvario
más auténtico que aquel
que Dios tiene por cuartel
y la luz recorre a diario.
Nadie sabe por qué oscuro
mecanismo las gaviotas
se condensan como gotas
de tiempo en estado puro.
Yo me reúno con ellas
a la orilla de la mar
y veo el tiempo gotear
todo borrado de huellas.
La tarde relampaguea
y la gaviota asustada
huye en pos de la bandada
que ya espuma la marea.
A punto de regresar
a casa me echo de menos
y rasgo con pies serenos
la superficie del mar.