Duda,
que sacude cuando acude,
duda,
duda muda que desnuda,
duda,
que me atrapa y que destapa
mis menores y mayores
suspicacias y temores.
Duda,
vieja amiga de la intriga,
duda,
que se escuda en la menuda
duda,
inclemente y consecuente
de mis ecos más sutiles,
más profundos y pueriles.
¿Quién puede definir a Dios,
el dolor, el placer, la luz del día?.
¿Quién puede describir la fe,
el tiempo de nacer o la agonía?.
La incertidumbre viene a ser
el no saber si el carrusel que gira
es de verdad un carrusel
o un torbellino más y una mentira.
Duda,
de tu ausencia y mi impaciencia,
duda,
que tu abrazo ya no acuda,
duda,
el abrazo de mi abrazo
que no amaina ni declina
al vaivén de la rutina.
¿Quién puede definir a Dios,
el dolor, el placer, la luz del día?.
¿Quién puede describir la fe,
el tiempo de nacer o la agonía?.
La incertidumbre viene a ser
el no saber si el carrusel que gira
es de verdad un carrusel
o un torbellino más y una mentira.
Duda,
que me importa y me transporta,
duda,
al quebranto y al espanto,
duda,
de tenerte y no tenerte
y de amarte y de no amarte
a la deriva en un mar de dudas.