Acariciándote, acostumbrándome
a sólo actuar y no pensar en nada,
siempre en nada.
Ilusionándote, apasionándote
siguiendo impulsos que me equivocavan,
siempre andaba...
Despiértame si existo,
despiértame si aún vivo.
Escuchándote y confiándome,
tan egoísta, tan lleno de nada,
no hubo nada.
Debí escucharte bien y aquí estoy yo otra vez,
en la ironía de tenerlo todo...
que era todo...
Despiértame si existo,
despiértame si aún vivo.
Nada más debí decirlo y
nada más y así evitar el silencio
y decirte lo que pienso.
Nada más debí escucharte y
nada más y no perder el tiempo
que hasta ahora yo espero.
Quiero este momento para siempre...
Quiero este momento para siempre...